jueves, 5 de mayo de 2016

Al final de todo

Bailan ascuas en tilitantes velas rojas al son de un vals lejano. Cantan canciones de pasado. De nostalgia. De  viento, tormenta y tormento. Las abrazo para sentir su frío calor hasta quemarme las yemas de los dedos. Ardo. Ardo y arderé siempre por ella. Enciendo una antorcha para iluminar los pasillos de nuestro castillo de naipes. Para iluminar mi miedo. Miedo de pasado hecho presente. Miedo, a pesar de todo. Me enjaulo y tiro la llave, me privo de todo para que a ella no le falte de nada. Para que ella sea libre. Para que vuele. Y, si el destino le desagrada, siempre tiene sitio en mi infierno. Sabe el camino. Sabe saltar el muro. Sabe corretear con mis demonios y cantar sus melodías. Largas noches de eterno insomnio para que mis terrores y sus fantasías anden de la mano por un valle ignoto. Abrazos y caricias para placar sus lágrimas.
Miedo y felicidad, al final de todo.