martes, 28 de abril de 2020

Contra la pared

Que la cotidianidad empieza con unas ojeras largas por una, dos, tres noches sin dormir. 
Contra la pared, contra la pared. 
Que no hay un segundo de respiro en este piso y hay que estar siempre alerta. 
Contra la pared, contra la pared. 
Que por más que lo intento el infierno no para y gana terreno día a día. 
Contra la pared, contra la pared. 
Que todo me supera, que la presión me asfixia, que sé que no estoy a la altura. 
Contra la pared, contra la pared. 
Que vuelven los pensamientos de cuerdas, balcones y cuchillos afilados. 
Contra la pared, contra la pared. 
Que nada va bien, que todo va mal, que lo poco que funciona lo rompo. 
Contra la pared, contra la pared. 
Que estas paredes me ahogan, que no hay silencio, que solo hay ruido en este manicomio. 
Contra la pared, contra la pared. 
Que sientes que empieza a costar el querer la séptimo novena vez que te tienes que levantar a recoger un destrozo. 
Contra la pared, contra la pared. 
Que ya no sé cuánto queda para poder descansar, cuántos cabezazos más me tengo que dar
contra la pared, contra la pared. 

miércoles, 15 de abril de 2020

A oscuras

Una tormenta cae sobre Cuenca, las gotas se escurren los tejados y un pesado rayo ilumina mi habitación y retumba en cada esquina. Los gatos se desperezan, se estiran y se suben al radiador para mirar por la ventana. Yo solo veo sus siluetas porque todo lo demás esta a oscuras. Mi respiración está calmada, serena, relajada por el sonido de la lluvia. Intento no pensar en nada para que la oscuridad no vuelva a convertirse en hábito. Así que tan solo me acurruco entre las sábanas y me concentro en la tormenta. Con cada trueno me alejo más y más de mí mismo, como si fuera un viaje astral. Veo lo que pudo haber sido y nunca fue. Sueño con los presentes en los que me es fácil estar feliz. Veo tormentas en las que estamos juntos en la cama. Pero esta no es una de ellas. Y tu respiración no acompaña a la mía. Vuelvo a la realidad con otro resplandor. Veo cada rincón de este dormitorio. Y veo miseria. Pero cuando la luz se apaga, vuelve a quedar solo oscuridad.