domingo, 17 de diciembre de 2017

Flores para los enterradores

¿Quién regala flores a los enterradores? ¿Quién canta con voz suave una nana a los bebes que lloran en las noches de invierno? ¿Quién camina por el foso del vacío y se dispone a olvidarlo todo? El silencio nunca está vacío, siempre suena un silbido tenue que te amedrenta, que recorre todas tus malas decisiones. Los caminos están llenos de todos los secretos, por eso es fácil perderse. ¿Quién quiere adentrarse en los espesos bosques y mojarse los pies al pisar un riachuelo? ¿Qué dirían los cipreses si pudieran hablar? ¿Qué secretos guardan bajo su larga sombra? ¿Quién abraza al cansado de todo, de sonreír, de existir? Desvanecerse en la nada es tan fácil, tan cómodo que la tentación cuelga de una viga roída por el paso del tiempo. No hay diferencia evidente entre un laberinto y un pasillo para mi, mi mente vaga igual, perdida, desorientada y confusa. Solo cuando ardan en las viejas piras los nuevos miedos serás libre. Entierra tu ser, no solo tu cuerpo. ¿Quién cavará esa fosa? ¿Hasta dónde llegará? Solo los enterradores lo saben, los expertos en el arte del olvido, los que han escuchado los más amargos llantos y las más hipócritas lágrimas. Sus manos cansadas han arrasado la tierra para hacer un hogar a la nada, construyen templos al olvido. Son artistas del desvanecimiento. Así que, ¿quién regala flores a los enterradores?